Guayabero o guayabo son nombres vernáculos por los que se conoce a este arbolito melífero en la América tropical de la que procede. Su fruta de alto contenido de vitamina C, la guayaba, es usada para hacer confituras y jugos del que procede originariamente.

Al parecer los expedicionarios vieron esta fruta en territorios lejanos de su lugar de origen, en plenas Molucas. Así, en la exhuberante lista de productos característicos de las islas que nombra Pigafetta el 21 de diciembre de 1521 en su diario, el cronista describe una fruta que se parece al durazno, llamado guave que es posible identificar con la guayaba. No sabemos si Pigafetta realmente vio la fruta allí creciendo de manera natural o de alguna manera había sido traída desde tierras americanas por los portugueses que, pocos años antes de la llegada de la expedición de Magallanes, habían descubierto para Europa la localización estas "Islas de las Especias".

Debido a que resiste bien la sequía y el calor intenso, el guayabo se ha naturalizado y extendido en América desde México hasta el norte de Argentina, y hoy en día es posible encontrarlo en huertos y jardines de condiciones climáticas similares a las de estas zonas de América. Así, en Sevilla es posible encontrarlo por ejemplo en el Jardín Americano, con ejemplares plantados por la Asociación de La Oliva, en su intento de recuperar este espacio verde de la ciudad con especies precisamente de origen americano.